domingo, 5 de junio de 2011

Tú, surges y de repente la vida olvida la muerte (8)

A veces deseaba que llegase la noche para ver esos programas en el que chicas que hacían los coros de las canciones, se movían al compás de la música; ver como el cantante era rodeado de bailarines que se movían en coordinación o tan solo sintiendo cada nota musical. Como no recordar aquella ilusión o nervios que me recorrían al ver aquello.
Las ganas de poder hacer lo mismo no se ausentaban ni un instante.
Mi cabeza inconscientemente me hacia ver cada movimiento a cada momento; lentamente... Me decía ella sola como se hacían. El no poder evitar quedarme embobada al pasar canales en concursos de patinajes de hielo o concursos de talento y asombrarme con cada cosa que veía y querer hacer lo mismo. Ilusionarme pensando que algún día podría serlo, hacerlo. Esos Juegos Olímpicos y sus gimnastas... Me llenaba.
¿Como evitar pasar por delante de tu madre la cual se encuentra viendo una película antigua de baile y quedarte apoyada en el sofá embobada hasta que la película termina?
No puedo olvidar ese día de salida con mis padres y tíos. Mi tía me dio la mano y me sacó a la pista de baile. Yo una renacuaja que era, como olvidar la imagen de la gente rodeándome y animándome. Como olvidar la cara de orgullo de mi tía entre las demás personas animando y bailando a la vez. Ese día, en el que pude haber tenido unos 7 años, nunca se olvida.
Aquel día de exhibición de unos amigos y tras ello, dos hermanos bailando en un pequeño parqué, como mi cuerpo sentía cada puto movimiento de esos dos chicos, cada boom de la música y como mi mente me decía y repetía una y otra y otra vez, sal... baila, sal, porque tú también lo sientes, porque tú también lo sabes.
Como el corazón me demostraba tras cada latido acelerado que todo aquello que sentía era real. Yo, que nunca me había presentado ni acercado a nadie, tuve el valor de acercarme a uno de los hermanos, presentarme y decirle que me enseñase cosas!
No puedo evitar el ponerme tensa o nerviosa al escuchar música por la calle con los cascos o en un coche o en cualquier sitio. Mi mente se imagina ese baile, esas palabras que la música dictan al cuerpo... Es complicado de explicar: porque no se explica, se siente.
No poder evitar reírme o enojarme cuando la gente me dice: ¿Desde cuando te gusta bailar? ¿Desde cuando bailas tú? ¿tú? ¿Y que bailas?
Ponme música y lo verás!
Bailar es mi puta vida!!
Tú, mi mas fiel compañera, amiga, pañuelo de lágrimas. Si, tú; la danza, el baile. Sobre ti hablaba, hablo y pienso siempre.
Sobre como me has acompañado en cada experiencia desde pequeña hasta como me has hecho abrir los ojos y madurar así como también has sido la única que me ha sacado adelante. La única que me ha ayudado en todo momento. La única que me ha hecho y hace sentir bien.
Tú; no mereces otra cosa que sacarte adelante ahora. Y así lo voy hacer. No te voy a defraudar. Porque si siempre has estado ahí, si siempre me has levantado, si siempre me has escuchado, me has desahogado; será por algo. A pesar de no haber tenido oportunidades, siempre supiste dármelas de alguna u otra forma. Cualquier sitio es válido si tú eres la mas fiel amiga y compañera. Cualquier momento. Cualquier música. Solamente hace falta sentimiento y vocación por ello. Vida por ello. Y así lo siento yo.
Todo tiene sus rachas y no una simple va hacer separarme de ti. Porque eres la única que siempre me hizo bien a cada momento. A cada instante de mi vida.
Que ya desde pequeña en una discoteca la gente te rodee y admire es algo...


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